viernes, 5 de abril de 2013

Andrés Monterrey Sánchez



Hace ya casi un lustro que vi por primera vez y como simple espectador la procesión del Cristo de la Agonía de Badolatosa en la noche del Viernes Santo. En el transcurso de este tiempo os he conocido y he observado vuestro tesón, vuestra responsabilidad, vuestro sacrificio y vuestro compromiso para con la Hermandad, sin olvidar la buena convivencia que os guía a lo largo de todo el año a pesar de vuestras limitaciones económicas y de personal.
 ¡Qué fuerza más grande lleváis por dentro! Desde aquí, mi admiración y respeto.
 El pasado año, que estrenabais canastilla, la lluvia no os dejó salir; para éste, las previsiones meteorológicas no eran mejores pero otro año sin salir, no. Os rebelasteis contra la climatología. Tanto esfuerzo no podía quedar oculto un año más. Y se hizo una clara, y valientemente decidisteis poner en la calle a vuestro Cristo muriendo.
 La tensión contenida y el silencio emocionado de los que estábamos en la puerta de la Parroquia se rompieron con el calor de las palmas y los acordes de la Marcha Real.
 Acompañamos al Cristo de la Agonía en su nuevo paso, ingrávido en su recorrido en esta su noche triste, de dolor, de amargura y de muerte para hacer cumplir la voluntad del Padre.
 En el intervalo de la oración, un suspiro parece detener la carrefila* luminaria, el desgarro de la saeta me hace palpitar el alma.
  Empieza a chispear pero nadie se mueve. No, la lluvia no puede estropearnos esta noche mágica.
 Mis felicitaciones al Hermano Mayor, al Capataz, a los costaleros y a todos los hermanos badolatoseños del Cristo de la Agonía.
 Gracias por hacerme partícipe de estas horas de fraternidad, de ilusión y de esperanza.
                          
                                                            Andrés Monterrey Sánchez

*Carrefila: hilera, fila.

miércoles, 3 de abril de 2013

Semana Santa 2013



Recuerdo haber escrito… ni el hermano mayor por mucha voluntad que tenga, ni toda la junta de gobierno hacen una Hermandad, solo somos su representantes; podemos y debemos contribuir a su mejora, pero es la aportación de todos lo que nos hace, como su propio nombre indica, una verdadera Hermandad.
Creo no equivocarme mucho si afirmo que la satisfacción no es solo del hermano mayor, que  lo es, de la junta de gobierno, que por supuesto, o desde el primero hasta el último que se hace hermano, que también. Va más allá, trasciende de nuestro espacio estrictamente cofrade para convertirse en algo que es de todos y para todos, por cuanto veo que todo el pueblo participa de ese momento, eje central y cumbre de la Semana Santa.
Todos los hermanos nos alegramos por lo que se está consiguiendo, pero también nos alegramos del trabajo de las demás hermandades, como me imagino que se alegra todo aquel que sin ser hermano de ninguna hermandad, pero también participa con su presencia. Entre todos formamos una gran familia y nos congratulamos de tener cada año mejor Semana Santa.
El paso nuevo con el frontal magníficamente tallado, con su cuadrilla de costaleros primerizos, pero aguantando el tirón, la banda técnicamente bien y voluntariosa, y los penitentes un año más llenando la calle; todo, queda de lujo, pero no tendría ningún sentido si no hacemos participes a todo el pueblo, y el pueblo si ha estado con su Cristo, esa debe ser nuestra satisfacción.
El saber que se han hecho las cosas medianamente bien, se traduce inequívocamente en resultados que todos pueden apreciar, algo tangible como es el paso nuevo y además sin olvidar nuestro compromiso con los demás, aportando fondos a la bolsa de caridad, más aun, lo hemos aumentado un 33%, sin pedir nada a cambio. Todavía  sigo pensando que es insuficiente como lo he defendido en más de una ocasión. También nuestra colaboración con el CRTS (Centro Regional de Transfusión Sanguínea), requiere nuestro apoyo.
Que se pueden hacer más cosas, por supuesto, pero no se le puede pedir tanto a tan pocos y siempre los mismos.
De todas formas, gracias, por la parte que me corresponda y gracias a todos los que hacen posible nuestra Semana Santa.